Perdón es la acción y el resultado de perdonar. Se puede perdonar, entre otras cosas: una ofensa, una pena, una deuda.
El perdón significa que no castigas a la otra persona por lo que ha hecho, aunque se lo merezca, puede incluso que lleve a tener sentimientos de comprensión, empatía y compasión hacia esa la persona que te hirió.
El perdón es un valor humano que puede servir, por un lado, al ofensor para liberarse de la culpa y, por otro lado, para que el ofendido se libere de posibles sentimientos de rencor. Esto no significa olvidar, ni encontrar excusas para el daño que se hizo. El perdón no siempre implica que el ofensor no tenga que compensar de algún modo su error, ni reconciliarse con la persona que le causó el daño.
Saber perdonar es dar otra oportunidad a la persona que te ha herido, animándola a que mejore, a intentarlo con más tesón y a introducir cambios de progreso. Es un acto de generosidad, constructivo.
Saber pedir perdón implica de algún modo humildad, reconocer la culpa y el daño cometido a la otra persona, así como mostrar intención de rectificar o compensar.
Igualmente, es necesario perdonarse a uno mismo porque a veces, actúas de un modo que luego lamentas. Perdonarte a ti mismo significa dejar de castigarte y de sentirte desesperado por haber hecho algo malo. Es seguir adelante, dispuesto a actuar de otra manera, a aprender de los errores. Las personas que no se perdonan a sí mismas, difícilmente perdonan a los demás; les juzgan y critican.
Para perdonar hace falta valor para enfrentase a la verdad de los hechos. Deja que afloren los sentimientos, la tristeza, el enojo, y luego permite que se vayan. Observa lo que ha sucedido, piensa, respeta y ten en cuenta tus sentimientos y luego decide qué hay que cambiar para hacer bien las cosas. Permítete sustituir los viejos hábitos por otros nuevos que te ayuden a mejorar. Rectificar a tiempo es de sabios.
Cuando una persona no hace más que molestarte una y otra vez, sin asomo de arrepentimiento, perdonarla no le va a ayudar gran cosa. En ese caso, es necesario no darle oportunidad de que te moleste. No se debe permitir que otras personas despreocupadas sigan hiriéndote.
Todas las personas cometemos errores en algún momento de nuestra vida. Lo importante es tomar conciencia del error y querer corregirlo para mejorar y hacer el bien.
Perdonar te ayuda a ser feliz; proporciona una paz interior que te ayuda a continuar con tu vida. Todas y todos necesitamos de esa paz interior, tanto para nuestro crecimiento personal como para el de los demás. Necesitamos vivenciar UNA CULTURA DE PAZ.